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Una de las preguntas más frecuentes entre los inventores es ¿cómo se realiza la patente de un invento?.
Lo primero que tienes que saber es que el trámite se efectúa en la Oficina Española de Patentes y Marcas, el organismo autónomo de la Administración General del Estado que otorga protección jurídica a las diferentes modalidades de propiedad industrial, mediante la concesión de patentes y modelos de utilidad.
Este organismo, también conocido como OEPM, difunde la información relativa a las diferentes formas de protección de la propiedad industrial, así como también otorga propiedad jurídica mediante la concesión de diseños industriales, títulos de protección de las topografías de productos semiconductores, marcas y nombres comerciales.
La OEPM tiene una doble misión:
– Conceder los diversos títulos de propiedad industrial (esto sucede tras el examen de las solicitudes correspondientes)
– Contribuir al desarrollo económico sostenible y al progreso tecnológico de la sociedad española.
Es de esta manera como promueven la innovación, la creatividad y el conocimiento tanto en sectores públicos como privados, mediante un uso estratégico de la Propiedad Industrial.
Ahora bien, para realizar la patente de un invento, desde La Fábrica de Inventos ayudamos y acompañamos a todos los creativos en el proceso de desarrollo, patentado y comercialización de sus ideas.
¡Atención! Si bien la Oficina Española de Patentes y Marcas es el organismo donde debes registrar tus invenciones, no te ayudarán a patentar tus ideas, ni tampoco te acompañarán en el proceso del desarrollo o en la comercialización.
Es por esta razón que resulta fundamental contar con el apoyo de un equipo especializado en patentes y marcas.
Una Marca es un título que concede el derecho exclusivo a la utilización de un signo, el cual sirve para identificar un producto o servicio en el mercado.
Pueden ser marcas todas las palabras o combinaciones de ellas. También imágenes, símbolos, figuras, letras, formas tridimensionales y cifras.
Para la protección jurídica de los Signos Distintivos, el organismo concede Marcas de productos o servicios y Nombres Comerciales.
Los rótulos de establecimiento no pueden ser registrados, ya que carecen de la importancia que tenían en el pasado.
Pero los que ya estuvieran concedidos prorrogarán su existencia registral.
Una marca tiene una duración de 10 años prorrogables indefinidamente. Es decir, que tras ese plazo podemos renovarla nuevamente.
Con respecto al Nombre Comercial, se trata de un título que concede el derecho exclusivo a la utilización de cualquier signo o denominación como identificador de una empresa en el tráfico mercantil.
También tiene una duración de 10 años prorrogables.
Para la protección jurídica de las creaciones de forma, la Oficina Española de Patentes y Marcas concede Invenciones Industriales.
La patente protege la invención de robos, copias y falsificaciones. Es así como se impide a terceros la fabricación, venta y utilización sin el consentimiento del titular.
Las patentes tienen una duración de 20 años a contar desde la fecha de presentación de la solicitud, y el primer año de prioridad internacional.
El modelo de utilidad tiene una duración de 10 años a contar desde la fecha de presentación de la solicitud, y el primer año de prioridad internacional.
Para mantenerla en vigor es necesario pagar tasas anuales a partir de su concesión, desde el tercer año por adelantado.
Si estás pensando en proteger tu invento con una patente o un modelo de utilidad, te recomendamos que leas esta entrada en donde te brindamos 17 trucos para que tu Registro de Patentes y Marcas valga más.
Un diseño industrial le otorga a su titular un derecho exclusivo sobre la apariencia de la totalidad del producto o de una parte de él.
La duración de la protección conferida por los Diseños Industriales es de cinco años. Este periodo de tiempo comienza a contarse desde la fecha de presentación de la solicitud de registro.
Podrá renovarse por uno o más períodos de cinco años hasta un máximo de 25 años.
Ten en cuenta que se patenta una idea bajo este concepto cuando se quiere proteger la apariencia física y la ornamentación del producto o una parte de él.
Seguramente tienes muchas ideas en la cabeza, pero antes de crear y patentar un invento es necesario pensar en la necesidad.
Al detectar la necesidad o el problema es mucho más fácil pensar en su aplicación, su público o incluso su desarrollo.
Después es recomendable realizar un Briefing para diferenciar el producto de la competencia, y ver en qué puntos se destaca y en cuáles necesita más desarrollo.
Tras ello se realizan los bocetos y se empiezan a trazar los primeros pasos para su diseño.
Una vez listo el concepto hacemos el diseño industrial con los planos técnicos, luego el prototipo y por último la patente. A veces nos saltamos el paso del prototipo, si es que el producto es complejo o caro de prototipar.
Con todo esto listo se pasa a la fase de comercialización. Para ello es importante, y necesario, buscar fabricantes, distribuidores e inversores.
En La Fábrica de inventos insistimos en que se trata del 1% es inspiración y el 99% transpiración.
En este punto hay que hacer hincapié en el proceso:
– Con la idea lista y pensada, lo primero que se debe hacer es comprobar que no haya sido patentada antes.
– Luego pasamos a realizar un pequeño planteamiento de qué componentes se necesitan para llevar a cabo la idea, si es que incluye algún mecanismo. En esta tarea te ayudamos nosotros ya que contamos con ingenieros y diseñadores industriales.
– Luego nuestro agente de la propiedad industrial redacta la memoria y realiza las figuras que describen tu idea de la manera más general y eficaz posible. Lo que se busca con esto es asemejarse por completo a la idea original.
– Luego el inventor (es decir tú) revisa que esté todo correctamente. A continuación firmas una autorización con tus datos para que la invención conste a tu nombre.
– Registramos el invento ante la OEPM. Recuerda que podemos asesorarte, ayudarte y realizar el trámite de manera rápida y eficaz.
– Se obtiene el número de solicitud de su invento tanto para los modelos de utilidad como para las patentes.
– Finalmente se obtiene el título de concesión
Patentar una idea tiene cierto costo, pero es importante que sepas que una patente puede generar buenos ingresos.
Este trámite es el único que te otorgará derechos sobre la invención para explotarla industrialmente y generar ingresos.
Ahora bien, patentar una idea no se trata de presentar documentos y nada más. Idealmente deberías estar acompañado de un equipo que te asesore para realizar el trámite.
Para presentar una solicitud ante el Registro de Patentes y Marcas, debes tener experiencia en la redacción descriptiva sobre el invento en cuestión.
Para iniciar el trámite debes asesorarte con un abogado de patentes. Esto no es obligatorio, pero sí importante porque todo el proceso contempla una compleja burocracia que no todo el mundo sabe afrontar.
Seguidamente se elabora una solicitud junto a la que se paga una primera tasa. El costo de la tasa oficial ronda los 100 euros en el caso de modelo de utilidad, y alrededor de 1100 en el caso de patente nacional.
Si se hace el trámite de forma electrónica, tanto con esta tasa como con la mayoría de estas, se aplica un 15% de descuento.
Es en este momento cuando la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM) evalúa la solicitud. En caso de observar algún defecto o inconveniente, se paga una tasa de 42 euros (36 euros con pago electrónico) para corregir los errores en un plazo de dos meses.
En caso de no hacerlo en el plazo establecido, se deniega la patente.
El segundo paso es solicitar, a través de un formulario, la realización del Informe sobre el Estado de la Técnica o IET.
Se trata de un examen técnico obligatorio en el caso de patentes nacionales, el cual tiene un costo inevitable de 685 euros (582 euros por Internet).
Una vez superado el IET y tras 18 meses desde la presentación de la solicitud, la OEPM publica la solicitud en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial (BOPI), abierta a observaciones y críticas de terceros, que tendrán dos meses para realizarlas de forma razonada y documentada.
Posteriormente se disponen de dos meses para contestar a dichas observaciones y modificar su solicitud si lo cree necesario.
Todo esto para defender la validez de la patente que persigue. Las modificaciones tienen un costo de 23 euros.
Asimismo, la OEPM examina el expediente resultante y, si está todo correcto, procede a conceder la patente.
Luego hay que formalizar el pago de las anualidades.
Los dos primeros años, que ya han transcurrido durante el proceso de concesión, ya están incluidos en la tasa inicial.
A partir de la concesión se empieza a pagar una tasa anual para mantener la patente, la cual tiene un costo de 18 euros el tercer año pero que aumenta hasta los 490 euros anuales durante los últimos cuatro años de vigencia de la patente.
Recordemos que la vigencia de una patente nacional es de 20 años.
Si no se pagan las anualidades en el plazo establecido, estas pueden aumentar su costo cada trimestre hasta más de un 50%.
Las Pymes o personas físicas emprendedoras tienen un 50% de descuento en todas las tasas del proceso de solicitud y de las tres primeras anualidades (años 3, 4 y 5).
Recuerda que a pesar del costo de lo invertido hasta esta fase del proceso de patentado, el objetivo es recuperar la inversión.
Cuanto antes se recupere el dinero invertido mucho mejor.
El costo de patentar una idea en España lo puedes verificar acudiendo a la página web de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM).
En cuanto a las diferencias técnicas, una patente protege una invención totalmente nueva, mientras que en el modelo de utilidad se otorga una nueva utilidad o una mejora a algo que ya existía.
Otra de las diferencias radica en los años de protección.
La patente ofrece una protección de 20 años y el modelo de utilidad ofrece una protección de 10 años. Ambos tienen en común que ofrecen prioridad internacional durante el primer año.
Mientras que en lo referente a la diferencia económica, una patente cuesta aproximadamente 2500 euros y un modelo de utilidad alrededor de 1200 euros.
Si tienes dudas al respecto, puedes comunicarte con nosotros así te asesoramos sobre el proceso, los costos y la mejor estrategia para patentar y desarrollar tu idea.
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